Maestro lleva clases a niños sin tablet e internet en Ciudad Victoria

Servando Mendoza es un maestro que comparte sus conocimientos a estudiantes que no tienen una tablet, un celular, una computadora o conexión a internet. En una colonia de Ciudad Victoria, la capital de Tamaulipas, improvisó un salón de clases al aire libre para que los niños sigan estudiando.

Con 53 años de edad y 30 años ejerciendo la docencia, el maestro es victorense, egresado de la Normal Superior.

“Más que fanatismo, simplemente ser maestro es un trabajo que amo, no es por la publicidad ni nada de eso, el interés es que no haya rezagos”, dice el maestro Servando al preguntarle el motivo de esta escuela improvisada en tiempos de pandemia.

Explica que estas clases presenciales fueron consenso entre los padres de familia para que sus hijos no se rezagaran por falta de la tecnología. Todo se hace siguiendo el protocolo sanitario: cubrebocas, gel antibacterial y la sana distancia.

“Estamos al aire libre, lo hacemos en un área habitacional, en el andador de Las Adelitas en Ciudad Victoria, ahí improvisamos unas mesas y ahí comparto los conocimientos”.

Él había pedido que no se corriera la voz sobre estas clases, pues no quiere problemas ni para él ni para los menores, sólo busca que sigan estudiando y no se atrasen en su educación.

“Creo que me descuidé, yo les dije: no me suban fotos a Facebook para cuidarnos, porque muchos maestros van a decir éste está alborotando el gallinero y no busco problemas, solo compartir mis conocimientos”.

Dice que lo que hace no será del agrado de muchos y otros dirán que es una buena acción.

“Voy a mover el tapete a los compañeros que no quieren y otros van a decir: ahí está el maestro que sí puede, por lo que considero que es una arma de doble filo, pero lo importante es sacar a los niños adelante”.

Y es que señala que la pandemia tomó a todos por sorpresa, hay quienes no tenían los conocimientos ni las herramientas tecnológicas para tomar clases a distancia.

“Los que tenemos la oportunidad de conocer lo tecnológico tenemos un avance, pero hay maestros que no tienen esa facilidad y aún más hay niños que no tienen la posibilidad de tener los medios tecnológicos como una computadora o un teléfono celular que soporte video”.

Cada maestro, dice, tiene su dinámica y sus estrategias, a algunos se les facilita de manera virtual y a otros por medio de cuadernillos, pero lo importante es buscar la manera de acercarse a los niños.

Él tiene un grupo de quinto año de turno vespertino con 19 niños y tiene otros niños con necesidades especiales como lento aprendizaje, una niña con Síndrome de Down y uno con autismo.

“(A los niños especiales) les doy una tarea diferente para que trabajen con otro tipo de material. Con los otros niños pues voy a su casa y afuera les explico y a otros por medio del celular de algún familiar les envío los trabajos. Como soy maestro de grupo es mi deber buscar alternativas para darles clases a los niños y las niñas, que nadie se quede rezagado, ese es mi deber de maestro”.

Sus clases las centra en las materias de español y matemáticas que es donde, dice, están las debilidades y pero también les enseña otros temas.

“Laboro dos turnos en la escuela Club Rotario, siento que estoy compartiendo mi conocimiento y eso me gusta mucho, no me quiero colgar medallas ni busco reflectores, simplemente cumplo con mi deber”.

Para él, el trabajo escolar en un aula es de tres: maestros, padres de familia y alumnos, “cada quien lo que le toca y es lo que estamos haciendo”.

Por la falta de herramientas tecnológicas considera que se requiere de algún programa federal, estatal o municipal y hacer un estudio donde se tome en cuenta el factor de la economía y apoyar a los niños y niñas de las colonias de la periferia para dotarlos de tablets.

En Tamaulipas, las clases presenciales se suspendieron desde el 17 de marzo, el ciclo escolar terminó y empezó con clases a distancia y de acuerdo con la Secretaría de Educación del estado una fecha tentativa para el regreso a las aulas sería en enero de 2021, los grupos se dividirían y serían horarios diferidos, sin embargo todo depende de cómo se comporten los contagios de coronavirus.