¿Qué pasará con las calificaciones en la pandemia? SEP emite criterios de evaluación

La Secretaría de Educación Pública (SEP) a cargo de Esteban Moctezuma Barragán, lanzó una serie de lineamientos dirigidos a maestras y maestros parala evaluación de los estudiantes en el contexto de la pandemia de covid-19.

Entre las medidas destacan la recomendación de adoptar estrategias complementarias como la propia autoevaluación de alumnos y alumnas, así como de sus padres de familia y destaca que los docentes deben considerar la situación de cada estudiante para su evaluación.

Se harán evaluaciones apegadas a la situación actual y con equidad porque no todas las niñas, niños y adolescentes tienen las mismas condiciones para mantener el aprendizaje, por lo que el profesor debe considerar la situación de cada estudiante para su evaluación.

Así, la evaluación de estudiantes de preescolar, primaria y secundaria para este ciclo escolar deberá dejar en segundo término la asignación de calificaciones, incluso como medio de presión, según la tradición escolar.

La evaluación de los saberes adquiridos durante el periodo de contingencia sanitaria, que no se consignan explícitamente en el programa de estudios pero que constituyen aprendizajes relevantes para la vida y la realización de tareas y actividades sobre los aprendizajes esperados.

La SEP reconoce que hay alumnos con los que se ha tenido una comunicación y participación intermitente y con otros prácticamente inexistente e indica que en las boletas de evaluación se deberá consignar esta situación y la calificación se reportará posteriormente, una vez que haya condiciones para llevar a cabo la valoración del alumno.

De acuerdo con el documento “Orientaciones pedagógicas y criterios para la evaluación el aprendizaje para la educación preescolar, primaria y secundaria en el periodo de contingencia sanitaria generada por el virus SARS-CoV2 para el ciclo escolar 2020-2021”, la evaluación del aprendizaje debe adaptarse a las circunstancias actuales, colocando en primer lugar su gran finalidad de aportar información para mejorar la acción educativa.

Se trata de reconocer el esfuerzo de alumnas, alumnos y familias que mantienen un vínculo constante, de incentivar a quienes se relaciona esporádicamente y dejar abierta la posibilidad de recuperar a quienes, hasta el momento, no establecen comunicación con el personal docente o directivo.

La circular DGDC/DGAIR/001/2020 emitida por la Dirección General de Acreditación, Incorporación y Revalidación y la Dirección General de Desarrollo Curricular de la SEP, indica que una evaluación justa toma como parámetro el punto de partida de los alumnos, antes de la intervención pedagógica, y no sólo el resultado final esperado por lo que debe ser reconocido el esfuerzo de estudiantes en acciones promovidas por el titular de grupo, en la estrategia Aprende en Casa II.

El documento dirigido a los secretarios de Educación de las entidades federativas u organismos descentralizados, para que a su vez lo difundan a maestros y maestras, señala que “sería injusto atribuir a la irresponsabilidad o falta de interés de niñas, niños y adolescentes un bajo nivel de involucramiento, o el escaso avance en su aprendizaje, cuando enfrentan barreras de aprendizaje”.

El documento indica que la comunicación y participación de los educandos en actividades convocadas por el personal docente durante la contingencia sanitaria, se ha dado en tres niveles ante la desigualdad de condiciones materiales del estudio en casa.

Tales como acceso a dispositivos tecnológicos, conectividad, o espacios adecuados en el hogar: los alumnos con una comunicación y participación sostenida, los que tienen una comunicación intermitente y baja participación y aquellos con una comunicación prácticamente inexistente sin posibilidad de dar seguimiento al proceso educativo de los alumnos.

Ante ello se insiste en la importancia de asignar calificaciones solamente en los casos donde la maestra o el maestro cuente con información suficiente puesto que la evaluación sin fundamento “resulta arbitraria y muy probablemente injusta”.

El documento recomienda:

  • Que la evaluación del aprendizaje debe adaptarse a las circunstancias actuales, colocando en primer lugar su gran finalidad: aportar información para mejorar la acción educativa.
  • Dar prioridad a la función formativa de la evaluación.
  • Plantea indagar en diversas fuentes para obtener información sobre el aprendizaje y emplear estrategias complementarias.
  • Sugiere valorar los avances a partir de los puntos de partida de cada educando.
  • Asignar calificaciones solamente en los casos donde se cuente con información suficiente, puesto que la evaluación sin fundamento “resulta arbitraria y muy probablemente injusta”