Los mariachis callaron… COVID-19 les arrebata clientes y trabajo

Hace más de medio siglo que José Alfredo Jiménez escribió “los mariachis callaron” en una de sus célebres composiciones. Hoy, debido al coronavirus, esas palabras se convierten en realidad, y por primera vez en la historia de México, el mariachi no celebrará las fiestas patrias.

“No hay apoyo ni particular, ni gubernamental. El mariachi, la música tradicional, fueron en gran parte los detonantes para que surgiera el México independiente. ¿Acaso los vamos a dejar morir?”, dice el cantante Alberto Ángel a EL UNIVERSAL.

De acuerdo con El Cuervo, fue la música mexicana, aquellos sonecitos que empezaron a surgir en la Nueva España y que fueron transmitidos por el mariachi, los que hicieron que surgiera un sentimiento de pertenencia y nacionalismo que culminaron en una lucha por la libertad.

2 MIL MÚSICOS trabajan actualmente en la Plaza Garibaldi como mariachis, tríos, norteños y jarochos.

“Exacerbaba los sentimientos de pertenencia a la tierra, así surgen el Jarabe de San Luis Potosí, de Michoacán, de Jalisco, que muchos años más tarde, por me dio de los arreglos del maestro Miguel Ríos Toledano, constituirían lo que hoy conocemos como el ‘Jarabe Tapatío’, que actualmente se toca en todas las regiones del país”, cuenta.

Para grandes exponentes de la música mexicana como Aída Cuevas, es un gran dolor saber lo que sufren sus compañeros.

“De todos los músicos los más afectados son los mariachis, los mariachis de Garibaldi viven al día, de la gente que va a echarse el ‘palomazo’, que pide serenata. Yo he tratado de ayudarles a mi manera, llevándoles comida y despensa, pero no es suficiente. Estamos formando una fundación”, explica Aída Cuevas.

3 MIL PESOS por una hora es lo que cobra un conjunto de mariachi de 10 elementos en la Plaza. Inician a las 15:00 hrs.

Por su lado, Arturo Vargas, vocalista del Mariachi Vargas de Tecalitlán, enfatiza que además de un apoyo gubernamental, debería enseñarse a las nuevas generaciones la riqueza cultural de la música mexicana.

“No sólo el mariachi, también la música norteña, la banda, la chiapaneca, la oaxaqueña… uno como mexicano necesita estar orgulloso para seguir dando a conocer nuestra música en todas partes del mundo”.

Guillermo perdió a sus padres y a 50 colegas

Tras una vida alegrando las fiestas de muchos mexicanos con el mariachi en Plaza Garibaldi, Guillermo Valencia no sólo perdió su trabajo en unos meses, también a sus padres y a varios compañeros que, por buscar que los contrataran aunque sea una hora, murieron de Covid-19.

“Mis papás acaban de fallecer hace cuatro meses. Los gastos y todo se te va para abajo. Mi papá murió de cáncer de próstata y mi mamá de diabetes tipo 2. Se me juntó todo.

“Estamos muy mal y con miedo a contagiarnos, ya van como 50 que murieron de coronavirus, muchos conocidos nuestros, la mayoría gente mayor que ha tenido toda su vida aquí (en Garibaldi)”.

“Mis papás acaban de fallecer hace cuatro meses, todo se te va para abajo. Estamos mal y con miedo a contagiarnos”

Guillermo Valencia, músico

El músico comentó que el 15 de septiembre era uno de los días más fuertes y en donde eran contratados por varias horas, ahora, augura que no los contraten.

“Llega el 15 y nadie va a trabajar y eso sí nos afecta mucho”.

A pesar de todo, darse por vencidos no es una opción y así como Guillermo, son cientos de mariachis los que en Garibaldi siguen entonando sus canciones para ser escuchados por los transeúntes.

Confío en que hoy va a venir mucha gente”

Para el músico Caleb Hidalgo, quien lleva más de 20 años trabajando en Plaza Garibaldi, su familia fue una de las razones por las que pudo subsistir durante los casi seis meses que no tuvo trabajo.

“Tuvimos que buscar cómo subsistir de otra manera, ver la posibilidad de trabajar en otra cosa, a algunos nuestros familiares nos ayudaron, porque somos gente no asalariada”, cuenta.

“Nosotros estamos desde las cinco de la tarde y terminamos a las cinco de la mañana, pero aquí se cierra todo a las 10 de la noche”, lamenta.

Caleb comparte entusiasta que espera que hoy la gente se anime a escuchar la música de mariachi, a pesar de lo difícil de la situación.

“Tuvimos que buscar cómo subsistir de otra manera, ver la posibilidad de trabajar en otra cosa”
Caleb Hidalgo, músico

“Yo creo que va a venir mucha gente, porque a pesar de la pandemia la gente es fiel y viene a contratarnos, a apoyarnos, la gente extrañaba todo esto, la música”.
Señala que son poco más de 2 mil personas las que laboran como mariachis, tríos, norteños y jarochos en Garibaldi.

“Ahorita ya se ha compuesto un poquito, pero en los meses anteriores no había nada de gente, nosotros veníamos a trabajar para tratar de sacar para comer pero teníamos que irnos a nuestras casas porque no había nada.

“Ya fallecieron varios; acaba de morir un compañero hace 15 días, estoy hablando de los tríos; también de norteños me parece que murieron dos personas. De mariachis sí han sido muchísimos”.

“Hemos estado cayendo y levantando

“Cayendo y levantando”. Así es como expresa su situación actual Juan Delgadillo Curiel, músico que por más de 50 años ha trabajado con los mariachis de Plaza Garibaldi, con quienes ha padecido diversas vicisitudes los últimos meses al tratar de desempeñar su profesión.

“Hemos estado como dice la canción (‘Una sola caída’, del compositor Rubén de Pénjamo) ‘cayendo y levantando’, Los clientes siempre vienen por nosotros, pero ahorita no por esta cuestión (la pandemia), sólo podemos trabajar una hora o dos a lo mucho y ya”, cuenta.

“Por ejemplo, si es un edificio, nos dicen los policías: ‘desalojen el sitio’, porque la gente no lo permite también por el contagio, el miedo siempre está latente y luego protestan los vecinos”, añade.

Juanito, como le dicen sus compañeros, al igual que muchos otros mexicanos, no pudo hacer cuarentena en casa; diariamente tuvo que arriesgarse al contagio para llevar alimento a su casa y a pesar de ello, celebra la vida y lucha para salir adelante de esta mala situación.

“Aquí estamos todavía vivos porque muchos compañeros ya nos abandonaron, se ha hablado como de 50 personas (mariachis de Garibaldi) que han muerto por el virus”, lamenta.

El músico señala que sólo en una ocasión se acercaron a ver la situación de él y sus compañeros de Garibaldi, y fue cuando recibieron ayuda.

“Por parte de trabajo social, pero fue única, no alcanza, hay mucho gasto, hay que pagar luz, comida… ahorita hay semanas que no hay nada”.