AMLO pan y circo en el caso de desafuero del gobernador de Tamaulipas

El verdadero rostro de la represión política y el autoritarismo de la 4T se está asomando al utilizar a la FGR para pedir a un sumiso congreso federal, el desafuero del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca “Es un timbre de orgullo que la Federación me voltee a ver.

Algo les preocupa”, dice FGCV en una de sus primeras respuestas, y decidido a encarar las acusaciones ante la cámara de diputados, y de las que asegura, se dan casualmente ahora que empiezan las elecciones.
Cabeza de Vaca le está haciendo sombra al presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien le ha venido incomodando la buena imagen que tiene el tamaulipeco no solo en su estado, sino en su positiva y creciente presencia a nivel nacional.

López Obrador sigue utilizando la represión política a quienes considera sus adversarios y ha sabido guardar los momentos para lanzar lodo utilizando el aparato represor del estado, en este caso a la FGR, y saciar así sus apetitos de venganza o bien para curar sus fobias y demonios que le atormentan.

A toda costa AMLO ha tratado de empañar la imagen y el trabajo de Cabeza de Vaca, lo ve no solo como un adversario, pues su olfato político lo está viendo ya como a un verdadero opositor y rival para su proyecto de continuidad que autonombra como la cuarta transformación. Y lo hace como sabe hacerlo, con una guerra sucia y todo tipo de golpes mediáticos para desviar la atención de los errores de la federación, atacando a sus adversarios como así lo ha hecho con otros gobernantes que han desempeñado buen trabajo en sus estados.

Consideró López Obrador que era el mejor momento de atacar a Cabeza de Vaca, pues su gobierno y su partido han venido acumulando muchas torpezas, decisiones equivocadas y malos resultados que le están costando mucho a los mexicanos, con una crisis sanitaria, económica y energética sin precedentes.

Ejemplos de los yerros de AMLO hay muchos: la supuesta rifa del avión, la dizque guerra contra el huachicol, el capricho de su aeropuerto en Santa Lucia y las millonarias pérdidas por cancelar el de Texcoco, además del tren maya por decir algunos.

Más recientemente, la exhibida que le dio la Auditoria Superior de la federación al gobierno de la 4t al detectarles irregularidades en proyectos que han sido bandera de AMLO, como el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, la Refinería Dos Bocas, e incluso en programas de compras de medicamentos del sector salud.

López Obrador ha dado clases también de cinismo y doble moral al defender a capa y espada a Félix Salgado Macedonio como candidato de Morena a Gobernador de Guerrero, aun cuando pesan sobre éste múltiples acusaciones por delitos sexuales. Todavía cala en la opinión pública y en la clase política el repudio de este hecho.
No se diga el pésimo manejo de la pandemia, que pone a nuestro país en los primeros lugares del mundo con el mayor número de muertes por Covid-19, además del errático, lento y confuso programa de vacunación contra esta enfermedad.

El efecto demoledor del gobierno de AMLO se ve reflejado por igual en atacar a las instituciones y órganos autónomos, además de socavar la economía nacional con una política que ahuyenta las inversiones, como la reciente aprobación de la reforma energética, que de acuerdo con los especialistas, detendrá la inversión extranjera y afectará tratados internacionales, además de llevar al país a un retroceso en la lucha contra el cambio climático.
Cabeza de Vaca está decidido a enfrentar y a mirar de frente esta nueva embestida política del gobierno federal autoritario de AMLO y su brazo ejecutor Gertz Manero.

El gobernador tamaulipeco va ganando en esta lucha, y seguramente de esta saldrá fortalecido, como así lo ha hecho ya en otras ocasiones, donde ha sido objeto de infamias y persecuciones políticas, así como de los más recientes embates de la 4 T que ha enfrentado con creces, coma si lo asegura al señalar que esta no es la primera vez, y muy probablemente no será la última.