Después de los 30, el alcohol afecta la salud mental

Durante la vida adulta de las personas, el consumo de alcohol disminuye, esto asegura una una investigación de la Universidad de Maryland en Estados Unidos. Pero como el consumo de alcohol varía, también puede cambiar la forma en la que nos afecta, con referencia a cuando éramos más jóvenes.

El alcohol está relacionado con la edad en diferentes etapas de la vida. Se puede envejecer más rápido de lo normal, si se consume en exceso. Beber en exceso puede tener un efecto directo en ciertas partes del cuerpo y en su salud mental a medida que se envejece.

Esto lo explica Leslie Ludwing, especialista endocrinóloga, encargada del estudio. A medida que se bebe alcohol, el cuerpo tiene menos agua y también se siente menos sed. Eso hace que las personas mayores sean más propensas a estar deshidratadas. Beber alcohol puede sacar más agua del cuerpo y aumentar aún más las posibilidades de deshidratación.

Los daños aumentan junto con la edad

La capacidad de recuperarse de una noche de bebida se reduce después de los 30, explica Niket Sonpal, gastroenterólogo de Nueva York. No sólo va a tener consecuencias en lo que se refiere al proceso de envejecimiento, sino también la apariencia. Los años que una persona pasa bebiendo comienzan a acumularse a medida que se envejece.

El consumo excesivo de alcohol crónico también se puede relacionar con otros síntomas como la deshidratación y aumento de la inflamación en el cuerpo. Estas inflamaciones pueden causar problemas de salud y enfermedades. Por esa razón, es que a partir de los 30 años se notan más los dolores de cabeza después de una noche de bebida. Es la deshidratación.

A los cuarenta es cuando realmente se comenzarán a ver los efectos del alcohol en el rostro. Las consecuencias son claras: La cara se le ve más arrugada y los rasgos se marcan muchos más en las personas que acostumbran o acostumbraron a beber alcohol de manera regular.