Joven se traga más de 50 imanes para “volverse magnético”

Rhiley Morrison, un joven de 12 años, jamás pensó que su “experimento” con imanes terminaría en una sala de operación, en Greater Manchester, en Reino Unido.

El adolescente, quien tiene autismo y Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), buscaba “pegar” objetos metálicos a su estómago cuando tragó en dos ocasiones bolas imantadas.

El joven, al ver que las bolas imantadas no salían ni podía “pegar” objetos a su cuerpo, dio aviso a su madre, Paige Ward, quien de manera inmediata lo llevó a un hospital.

Médicos de la ciudad de Prestwich se sorprendieron al ver en una radiografía que el joven tenía más de 20 bolas imantadas en el estómago y en el intestino.

De acuerdo con medios locales, los médicos temían que los imanes pudieran provocar quemaduras en sus tejidos u otros órganos, por lo que de inmediato fue intervenido quirúrgicamente.

La operación del adolescente duró aproximadamente seis horas y permaneció al menos 10 días sin poder moverse ya que expulsó un líquido verde, causado por una fuga intestinal.

La madre de Rhiley indicó que los médicos calcularon que tendrían alrededor de 30 imanes, pero al realizar la cirugía encontraron que tenía 54.

Agregó que una enfermera le contó que su hijo corrió con suerte, pues otro niño se tragó dos imanes y tuvieron que extirpar parte del intestino.

Paige Ward contó que su hijo está muy interesado en la ciencia y le encantan los experimentos, por lo que los imanes no fueron la excepción.

“Dijo: traté de pegarme imanes, quería ver si este cobre se pegaba a mi vientre mientras los imanes estaban adentro”, recordó la madre.

Por este incidente, Paige tiró a la basura todos los imanes o juguetes imantados para dejarlos fuera de Rhiley y sus tres hermanos. La mujer espera que esta experiencia les sirva a otros padres para tomar precauciones y no comprarles imanes u objetos imantados, como ocurrió con Rhiley, quien habría recibido de regalos de Navidad parte de las bolas imantadas que ingirió.