Murió Lee Kun-hee, presidente de Samsung

Lee Kun-hee, líder de Samsung, el mayor conglomerado empresarial de Corea del Sur, murió a los 78 años. El hombre más rico del país, con más de 20 mil millones de dólares de fortuna, estaba ingresado antes en un hospital de Seúl desde 2014 a causa de infarto que lo dejó incapacitado.

Samsung dijo en un comunicado que Lee “falleció el 25 de octubre acompañado por su familia, incluyendo al vicepresidente (del grupo) Jay Y. Lee”, conocido como Lee Jae-yong y que, como heredero del imperio que dirigía su padre, ha estado al frente del conglomerado desde que su progenitor quedó postrado en una cama hace más de seis años.

¿Quién fue Lee Kun-hee?

Fue el hijo de Lee Byeong-cheol, el fundador de Samsung, quien transformó la compañía que se dedicaba al comercio de fideos a uno de los conglomerados más poderosos del país y refererente a nivel mundial en tecnología.

Nacido en 1942 en el condado de Uiryeong, en la provincia de Gyeongsang del Sur, asumió la presidencia del grupo en 1987 tras la muerte de su padre. A partir de 1993 decidió dar un cambio de rumbo al negocio para internacionalizarlo y convirtió a Samsung Electronics en el mayor productor de chips de memoria del mundo y en una de las marcas de electrónica de consumo más reconocidas.

​Tras sufrir el infarto en mayo de 2014 fue ingresado de urgencia en el prestigioso Centro Médico Samsung, en el Sur de Seúl, donde permaneció ya hasta su muerte en medio de continuas conjeturas sobre su estado de salud.

A raíz de su fallecimiento se espera que su hijo Lee Jae-yong pase a adoptar de manera oficial el cargo de presidente del grupo y de Samsung Electronics. Actualmente encara dos juicios por supuestas prácticas corruptas, incluyendo su participación en la llamada trama de la “Rasputina” surcoreana, que motivó la destitución en 2017 de la entonces presidenta surcoreana, Park Geun-hye, condenada a 32 años de cárcel.

Samsung representa uno de los ejemplos del “Milagro Económico Coreano”, donde un grupo de empresas fueron favorecidas por el gobierno para impulsar el crecimiento del país tras la Guerra de Corea que lo dejó empobrecido. Sesenta años después convertiría en uno de los pioneros en innovación tecnológica y de los más desarrollados del planeta.