Arresto de directora del Rébsamen es el mejor regalo para 10 de mayo

Complace a familiares la aprehensión de la directora del plantel; confían en que se haga justicia

CIUDAD DE MÉXICO.- El mejor regalo que Mireya Rodríguez recibió de Día de las Madres fue la noticia sobre el arresto de Mónica García Villegas, directora del colegio Enrique Rébsamen, donde Paola Jurado, su niña de 7 años, murió atrapada entre los escombros junto con otros 18 alumnos, en el sismo del 19 de septiembre de 2017.

Ayer a las 10:59 horas, los padres se enteraron, por un tuit del periodista de Grupo Imagen, Ciro Gómez Leyva, que la directora y dueña del colegio se había entregado a las autoridades de la Ciudad de México.

19 alumnos del colegio Enrique Rébsamen murieron en el derrumbe de la escuela el 19 de septiembre

Dos horas más tarde llegó la confirmación de la Procuraduría General capitalina, que comunicó su captura directamente a los abogados de Fuentes León y la Barra Mexicana de Abogados, quienes han representado a los padres del Rébsamen.

“Para mí fue un gran regalo, porque sentí que comenzaba a dar resultados toda la lucha y esfuerzo que hemos hecho los padres del Rébsamen, durante un año y siete meses”, dijo Mireya Rodríguez a Excélsior.

Desde el 19-S, la vida de los padres del Rébsamen se ha convertido en una lucha continua para exigir la detención de los cuatro inculpados por las autoridades en este derrumbe: la dueña del colegio y tres Directores Responsables de Obra (DRO) (Juan Apolinar Torales Iniesta, Juan Mario Velarde Gámez y Francisco Arturo Pérez Rodríguez), quienes permitieron doble uso de suelo para la escuela (también habitacional) y la remodelación de un departamento en el último piso del colegio para García Villegas, que resultó con un sobrepeso de más de 200 toneladas.

Hasta ahora, de los cuatro señalados como responsables sólo hay dos detenidos: la directora y el DRO, Juan Mario Velarde Gámez, quien está en el Reclusorio Sur.

“La directora va a tener la oportunidad de defenderse y esperamos que las autoridades respeten con ética y apego a la ley su debido proceso. Los jueces son los únicos que pueden determinar su culpabilidad, aunque considero que, si fuera inocente, hubiera dado la cara a los padres desde un inicio”, aseguró Alejandro Jurado.

La última vez que García Villegas se reunió con los padres de familia del colegio fue el 22 de septiembre de 2017, cuando llegó al mediodía al estacionamiento de un centro comercial del sur de la ciudad con el único propósito de mantener inscritos  a los alumnos sobrevivientes, porque con los papás de los 19 fallecidos jamás se comunicó.

200 toneladas fue el exceso de peso que tenía el edificio en el que estaba el departamento de García Villegas

Poco días después, la Secretaría de Educación Pública revocó el permiso del Rébsamen para operar.

La noticia de la captura de la directora llegó de manera tan sorpresiva para la mayoría de los padres, pues ni la ficha roja emitida por la Interpol solicitada desde 2017 ni la recompensa de cinco millones de pesos habían dado resultados.

“Todavía veía un poco lejos su detención. Este día ha sido muy difícil para mí, porque revivo el 19-S y pienso que mi hijo no se merecía morir de esa manera, pues el sismo no fue lo que lo mató, sino la corrupción y las omisiones de las autoridades y de la dueña del colegio”, reprochó Oscar Vargas.

Desde que murió Raúl Alexis, de 7 años, Oscar se ha convertido en los pasos y la voz de su hijo. Encuentra fortaleza en la promesa de justicia que le hizo a este pequeño y en tratar de evitar que otro niño muera en su escuela .

Como muchos de los deudos, Oscar se mantiene en contacto permanente con sus abogados para saber cómo avanza el caso, acude a las reuniones mensuales con la Procuraduría capitalina y va a las audiencias del primer DRO detenido.

 

“Tal vez son pocos quienes conocen todo el trabajo que hemos hecho como padres para exigir justicia. Tampoco ha sido fácil para nosotros presentarnos en las audiencias porque mientras en los juzgados se trata el derrumbe del Rébsamen como un caso, nosotros en cada palabra recordamos a nuestros hijos muertos. Es demasiado doloroso”, dijo Miriam Guise.

Sin embargo, Miriam agradeció el apoyo incondicional que han mostrado los abogados y a la sociedad que también se ha solidarizado mucho con ellos.

“Mira la solidaridad que nos brinda tanta gente aún sin conocer a los niños, imagínate cómo hubiera sido si cualquiera hubiera conocido a mi hijo José Eduardo o a los otros 18 alumnos. Los hubieran amado”, concluyó.

Hace unos meses, una profesora del Rébsamen contaba que en el terremoto se habían perdido niños y niñas inteligentes, cariñosos y, muchos, hijos únicos. Sus nombres son: Pao, Valentina, Paquito, Gus, Daniela Itzel, Óscar André, Daniela Ramírez, Diego, Fernanda, Eduardo, Santi, José Eduardo, Moni, Eileen, Karlita, Aned, Alexis, Joshua y Alexandra.

La maestra también recordaba una de las anécdotas del salón de clases: cuando, al presentarse, Santi le explicó que no tenía uno, sino tres nombres: Santi Ronaldo Junior, en honor al futbolista Cristiano Ronaldo; incluso así lo escribía en cada uno de sus dictados.

Fernando Flores, el papá de Santi, además de perder a su hijo, también vio derrumbarse la escuela en la que trabajaba hacía más de una década dando clases de historia.

En cuanto se enteró de la detención de Mónica García, quien era su jefa, le invadieron unas inmensas ganas de transmitirle todo el dolor que ha causado a tantos padres.

“Me gustaría gritarle que es culpable de haber causado un dolor tan grande que nunca sanará. Gritarle que han sido muchas las noches donde he tenido que acompañar a mi hijo menor, que llora por el dolor de no tener a su hermano. Que Vero, la mamá de Santi, llora sin control por la desesperación de no poder abrazar a su hijo. Gritarle que yo no puedo correr o jugar con él y que ya no tengo ya quien me reciba en la casa todos los días eufórico diciendo: ‘ya llegó mi papá’, y al entrar me abrace y me diga ‘eres mi mejor papi’”.

 

AGENCIAS