Cáncer de próstata: sus síntomas y qué prueba ayuda a detectarlo
El cáncer de próstata es una enfermedad en la cual las células del cuerpo se multiplican sin control en esta glándula del sistema reproductivo masculino, sus síntomas pueden variar de una persona a otra y para detectar su presencia existe una prueba que se realiza a los hombres a partir de los 45 años.
Esta enfermedad aparece comúnmente después de los 50 años y su pico máximo es después de los 65 años. A nivel mundial es la quinta causa de muerte por cáncer en hombres, según el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
La próstata se ubica debajo de la vejiga y tiene el tamaño de una nuez, a medida que los hombres envejecen, tiende a crecer; su función es producir el líquido que forma parte del semen, explicaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
¿Cuáles son los síntomas del cáncer de próstata?
Según los CDC, los síntomas del cáncer de próstata son diferentes en cada persona y en ocasiones, los hombres no presentan ningún signo que los pueda alertar sobre la presencia de la enfermedad.
Este tipo de cáncer puede provocar síntomas como dificultad o dolor para orinar, flujo de orina interrumpido, sangre en la orina o en el semen, dolor al eyacular, así como en la espalda, la cadera o la pelvis.
¿Con qué prueba se detecta el cáncer de próstata?
El Instituto Mexicano del Seguro Social ( IMSS ) detalló que para detectar la posible presencia del cáncer de próstata, es necesario realizar la prueba del antígeno prostático específico.
El antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) es una proteína que producen las células de la glándula prostática, cuando su concentración en la sangre es elevada, puede ser una señal de la presencia de cáncer.
Para la prueba del antígeno prostático específico se toma una muestra de sangre que posteriormente es analizada en un laboratorio, generalmente los resultados se reportan en nanogramos de PSA por cada mililitro de sangre (ng/ml).
Esta prueba se aprobó en 1986 por la Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), para detectar el avance del cáncer en hombres diagnosticados con la enfermedad.
En 1994 se dio luz verde a su uso para comprobar si los pacientes asintomáticos tenían cáncer de próstata, según información del Instituto Nacional del Cáncer (NIH, por sus siglas en inglés).
