Mucha gente ya le perdió miedo al COVID-19, señala investigadora

Mucha gente empezó a perderle miedo al virus (Covid-19) o a cansarse del confinamiento, por lo que comenzó a hacer nuevamente reuniones sociales y fiestas, lo que ocasionó que el número de casos se encuentre en aumento, aseguró Rosa María del Ángel, integrante del Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN.

En entrevista para Aristegui en vivo, la investigadora refirió que en México no tenemos un rebrote como ocurre en países de Europa, sino que se trata de un repunte de casos.

Apuntó que el gobierno aplica una política de mitigación no de control, por lo que sí hay una detección de los casos, pero hubo un confinamiento que no fue muy estricto, además de que no se han aplicado medidas de control estrictas, “todo esto desató que en las últimas semanas estamos teniendo un buen número de casos otra vez”. 

Este repunte es preocupante, dijo, porque estamos en la época tenemos también la presencia de gripe e influenza. 

Por ahora “lo importante es tratar de detener la transmisión de la mejor forma”, por ejemplo recomendó el seguimiento de infectados sobre todo a los asintomáticos, aunque cada vez se vuelve más complicado por el aumento de casos.

Consideró que si una persona resulta positiva al virus, se puede pedir que todos sus contactos se hagan la prueba.

“El problema ahorita es que las pruebas particulares son caras… yo creo que una persona sintomática positiva tiene la obligación de hacerle la prueba a las personas que la rodean”, sugirió.

Respecto al uso del cubrebocas, dijo que es muy importante ya que se ha demostrado que si en un entorno donde hay una persona infectada, existe distancia, ventilación y los ahí presentes usan mascarilla, se reduce el riesgo de contagio.

“El uso de cubrebocas sí protege contra la infección”, comentó, tanto para no contagiar como para no ser contagiado.

Detalló que la presencia del virus es en aerosol en espacios donde no está ventilado, por lo que se mantiene en el aire y eso hace que otra persona lo pueda respirar.

“Con cubrebocas reducimos la posibilidad de que estos aerosoles entren”, indicó.