No riegues las plantas cuando hay Sol por ESTA RAZÓN

Si eres amante de las plantas, ya sean de interior o para el jardín, es muy probable que seas la persona más cuidadosa tanto para tener la tierra y el regado adecuado; sin embargo, un error muy común es regarlas cuando el Sol está en su máximo esplendor, algo que puede ocasionar graves daños en las hojas, tallo e incluso en las raíces.

Es por ello que entre los consejos de jardinería siempre destaca el que advierte que por nada del mundo se deben regar las plantas cuando está el Sol, pues entre las principales afectaciones te puedes encontrar con que no están lo suficientemente hidratadas y que sus hojas o pétalos se comienzan a poner amarillentas y posteriormente se secan por completo,

En ocasiones anteriores te hemos hablado sobre este problema tan común y cómo se puede tratar, pero la gran clave para evitarlo es saber que los rayos del Sol no sólo son perjudiciales para nuestra piel, ya que en las plantas también puede ocasionar quemaduras y sequedad que termina con la muerte de una o varias hojas de tus planta favorita.

Lo anterior es la razón principal por lo que la hora ideal para regar las plantas es antes del amanecer o por las noches, cuando el clima es el adecuado para que la planta reciba toda la hidratación necesaria del agua, algo que no ocurre bajo los rayos del Sol. De acuerdo con los expertos, cuando se riega después del medio día, el calor provoca que el agua se evapora, lo que provocará que tengas que regarlas más veces.

Por otro lado, está la consecuencia de las quemaduras, sobre todo si no sólo riegas la tierra, sino también los tallos y rocías las hojas o flores, pues las gotitas se quedan sobre la superficie de la planta guardando el calor del Sol, en algo que se conoce como “efecto lupa”. Y algo que se debe tener en cuenta es que las puntas se pueden comenzar a ver amarillentas o cafés hasta que finalmente se desprenden por completo.

Esto se debe a que la planta en su totalidad se ve expuesta a un cambio radical de temperatura, pues al estar bajo los rayos del Sol mantiene una sensación térmica que se ve alterada por la temperatura del agua, que normalmente al ser de la llave está fría. Estos dos factores pueden propiciar a que las plantas tengan las famosas quemaduras que aún cortando las zonas afectadas, seguirán presentándose en las plantas.