Padre migrante transforma éxodo en bello cuento

Entre la ola por la crisis migratoria que inunda Nuevo León. Hay historias de sufrimiento y esperanza, y es que un padre migrante por su hijo, crea todo lo posible sin importar que esto sea una fantasía para hacerlo feliz. Tal es el caso de José Alexander, nacido en Venezuela.

El pasado 9 de mayo, salió de su país junto a su pequeña hija y miles de compatriotas.

Han recorrido en un mes 4,168 km atravesaron Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y parte México.

En las caravanas por territorio mexicano rumbo a la frontera norte con los Estados Unidos, José, pone a su hija Kimberly, en una caja de plástico la cual arrastra con pedazos de lona.

Le hace creer a su hija de 2 años y medio, que esto es un juego, un paseo para conocer muchos países y así llegar a los Estados Unidos en busca de la felicidad.

“Por una parte va más cómoda tanto para ella como para uno porque ella cargada obviamente más se cansa más se estresa por lo menos ella ahí piensa que es un juego,” dijo José Alexander Briseño, migrante venezolano.

En la película “La vida es bella”, Guido, construye una fantasía para proteger a su hijo en un campo de concentración nazi durante la segunda guerra mundial.

José, el migrante sudamericano, hace algo similar con la pequeña Kimberly.

“Tratar que no le impacte tanto tratar de que no sufra tanto no se estrese no tenga tanto estrés y tratar que sufra lo menos posible, ¿usted la hace ver que es un juego? -si yo le hago ver que es un juego pues para ella por eso va callada y quieta si la llevará cargada ya estuviera estresada por tenerla cargada se cansa ahí por lo menos es un juego para ella,” concluyó José Alexander Briseño, migrante venezolano.