Flautas con tortilla de harina en Ciudad Victoria, gracias a choferes

Las flautas se pueden disfrutar en todos lados del país: en Veracruz de barbacoa bañadas con crema y salsa verde martajada o en la Ciudad de México, de pollo, res o jamón, pero en la capital de Tamaulipas tienen su toque distintivo, ya que no son fritas, ni son de maíz… son de harina y rellenas de salsa verde, picadillo, frijoles con queso, chicharrón, machacado con huevo, papas con chorizo, chorizo con huevo y carne deshebrada acompañadas de repollo, salsa y limón.

Así surgieron

De acuerdo con el cronista de Ciudad Victoria, Francisco Ramos, la frase “las flautas son de harina” es de hace una década a la fecha, cuando se empezó a acuñar y se ha convertido en un icono de Ciudad Victoria, ya es una identidad gastronómica de la capital de Tamaulipas.

Aunque hay otro tipos de comidas en cuanto al arte culinario, las flautas son un aperitivo obligado de todos los días y a cualquier hora, comenta.

“Gracias a los jóvenes se acuña esta frase, pero luego dices, ¿cuál es el origen de todo esto? y entonces me puse a investigar y recordé que cuando yo llegué aquí había un restaurante-café en el Ocho Allende que se llamaba El Nacional y nosotros como jóvenes estudiantes acudíamos ahí y pedíamos las flautas”, indicó.

En la década de los 50, ya se elaboraban las flautas de harina como un platillo rellenas de guiso, aunque claro, la tortilla era de tamaño normal porque luego evolucionó a una de mayor tamaño que ahora es “La Flauta Soñada” una tortilla de harina gigante.

La primera en hacer las flautas fue la señora Rosa Elena Charles Domínguez quien aprendió de su mamá en Nuevo León, y su sobrino Carlos Sandoval Charles abrió años después en Ciudad Victoria “La Flauta Soñada”.

Ahí en El Nacional coincidían los choferes y personal de Transportes Flecha Roja que hacían un recorrido de México a Nuevo Laredo y pasaban por Ciudad Victoria, tenían su terminal en el Hotel Bryston’s del Ocho Bravo, además, asistía mucha gente de diversos estratos que acudía a comer o tomarse un café.

El cronista señala que una vez a doña Rosita se le ocurrió enrollar una tortilla de harina y le preguntó a los choferes ¿quieren una flauta? y ellos respondieron de manera afirmativa y ahí nació y se acuñó el término flauta de harina, porque ya existía en la gastronomía pero de maíz.

Años más tarde, en los 70, surge la flauta de harina gigante, “La Flauta Soñada” con lo que se continúa la tradición de la familia de doña Rosita pero ahora en tamaño gigante.

Hay decenas de lugares donde se puede comer, pero los lugares más populares en Ciudad Victoria son la Flauta Soñada y las Flautas del Arce.

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