Unos cuantos turistas se encontraban paseando en el lugar, cuando vieron una enorme figura que se arrastraba hacia el mar. Muchos debieron pensar que estaban presenciando la llegada del poderoso Gamera, pero después de mirar cuidadosamente, se dieron cuenta de que sólo se trataba de la majestuosa tortuga laúd (Dermochelys coriacea), un espécimen que viaja desde la costa Atlántica hasta Florida para poner sus huevos y que lamentablemente, se encuentra en peligro de extinción.

Si quieren observar a esta noble y fascinante criatura en todo su esplendor, vamos a dejar una de las grabaciones realizadas por un sujeto que se encontraba en la playa cuando esta salió a saludar.

Esta especie, que es conocida como la más grande entre todas las tortugas marinas, puede llegar a pesar 700 kilogramos y no corre mucho peligro una vez que llega al mar; el problema radica en sus crías. Los huevos y las recién nacidas son las que corren más peligro al caer presas de humanos, aves, perros, y otros depredadores que se encuentran al acecho en las áreas de desove o cerca de estas.

Como es de esperarse, nuestra especie es la que más las perjudica, ya que el uso humano de las playas es el que altera de manera directa los nidos, saboteando así sus procesos de desove y también su entierro.

No sabemos cuándo será la próxima vez que podamos ver a un animal tan genial como este, pero esperamos que sea pronto. Ojalá la especie viva por muchos años más.