Crean ‘burbuja’ para que abuelitos puedan interactuar con otros
Colette Dupas, una residente de un hogar de ancianos francés, solo ha podido verse con sus hijas mediante videollamadas o a través de una ventana desde que comenzó la pandemia de COVID-19.
Ahora, la mujer de 97 años ha podido sentir su contacto, gracias a un túnel inflable y dos mangas plásticas.
La “burbuja para abrazos” permite a los residentes del hogar de ancianos, aislados del mundo exterior para protegerlos del virus, tomarse de la mano y abrazar a los familiares que los visitan, porque en todo momento están separados por una película plástica sellada herméticamente.
Antes de su jubilación, Dupas tenía una panadería en Boussois, a 6 kilómetros de la residencia de ancianos. Su familia todavía dirige el negocio.
Al encontrarse con sus hijas el viernes, Dupas entró por un extremo del túnel. Se paró frente a la lámina de plástico y pasó los brazos por dos mangas de plástico unidas al resto a la altura de los hombros.
Sus hijas, Marie-Paule Dronsart y Marie-Joseph Marchant, se acercaron por el otro lado. Cada una pasó un brazo por una manga y acariciaron los hombros y el pelo cano de su madre.